Descansa en la esperanza
Hacía sólo unos días que el pastor Jairo había organizado que un equipo llevara revistas de las Escrituras al hospital local y orara con los pacientes.
Mientras avanzaba por el pasillo donde el grupo había ministrado a principios de semana, Jairo se detuvo de repente. Una enfermera llevaba una camilla a la habitación de delante.
Echó un vistazo al interior, donde el personal médico se disponía a retirar un cadáver de la sala de urgencias. Jairo sintió que se le oprimía el pecho y empezó a sudar. Observó solemnemente cómo trasladaban el cadáver a la camilla.
Mientras lo hacían, algo vistoso se deslizó de debajo de una almohada. Jairo lanzó un grito ahogado. ¡Era una revista Esperanza! La enfermera, al ver a Jairo en la puerta, miró la revista y dijo: "La había estado leyendo justo antes de fallecer".
Jairo recogió la Escritura y se alejó con paz, seguro de que algún día se encontraría con aquel hombre en el cielo.
Hacía sólo unos días que el pastor Jairo había organizado que un equipo llevara revistas de las Escrituras al hospital local y orara con los pacientes.
Mientras avanzaba por el pasillo donde el grupo había ministrado a principios de semana, Jairo se detuvo de repente. Una enfermera llevaba una camilla a la habitación de delante.
Echó un vistazo al interior, donde el personal médico se disponía a retirar un cadáver de la sala de urgencias. Jairo sintió que se le oprimía el pecho y empezó a sudar. Observó solemnemente cómo trasladaban el cadáver a la camilla.
Mientras lo hacían, algo vistoso se deslizó de debajo de una almohada. Jairo lanzó un grito ahogado. ¡Era una revista Esperanza! La enfermera, al ver a Jairo en la puerta, miró la revista y dijo: "La había estado leyendo justo antes de fallecer".
Jairo recogió la Escritura y se alejó con paz, seguro de que algún día se encontraría con aquel hombre en el cielo.