Esperanza en un cementerio
Karin estaba sentada en un cementerio una calurosa tarde de domingo en Santiago de Chile.
Llena de desesperación, se sentó a pensar en su vida. Se preguntaba por qué su negocio estaba fracasando y por qué sentía que la depresión le invadía todo el cuerpo. Se sentía inútil. Y mientras pensaba en su vida, el pánico empezó a invadir su cuerpo.
Nunca hubiera imaginado que aquella tarde lo cambiaría todo.
Pero mientras estaba allí sentada, en el cementerio, sintiéndose lo más bajo que jamás había sentido, Dios envió a alguien con un mensaje de esperanza.
Una joven que participaba en un evento de ShareWord se le acercó con una revista Esperanza.
Cuando esta joven comenzó a compartir su testimonio, el corazón de Karin se abrió y comenzó a llorar. La joven llamó a su pastor y los tres oraron juntos.
A partir de ese momento la vida de Karin cambió.
Aceptó a Jesús como Señor de su vida y comenzó a asistir a su iglesia.
Ahora, seis meses después, Karin sigue teniendo problemas, pero sabe que no es despreciable. Ha descubierto el valor que tiene a los ojos de su Padre Eterno y ha encontrado esperanza en Su Palabra.
Y no puede guardarse esa esperanza para sí misma.
Desde aquel día su vida ha cambiado, y la gente a su alrededor se está dando cuenta. Sus dos hijas, su yerno y su mejor amiga se han sentido tan inspirados por su testimonio que también han tomado la decisión de seguir a Jesús.