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Impact

Una Confesión a Regañadientes

Cuando Tony empezó a hablar con Fostina, de 12 años, y su hermana adulta en Lusaka, Zambia, durante un reciente viaje de GO, Fostina parecía hermética y desinteresada. Su hermana tenía un pequeño negocio de venta al por menor y Fostina trabajaba en la caseta ambulante que había frente a la tienda. A pesar de su resistencia a ser parte-evitando el contacto visual y respondiendo con una sola palabra a sus interminables preguntas - Tony percibió un atisbo de curiosidad e incluso de interés por lo que estaban hablando.

Después de que Tony pasara algún tiempo compartiendo el poder transformador del Evangelio, explicando cómo ella podía recibir la justicia de Cristo a través de la fe, vio un cambio visible en su comportamiento. Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando empezó a confesar las dificultades que estaba enfrentando. En ese momento, oró con ella y con su hermana, siendo testigo de su sentida confesión de fe y aceptación de Jesús.

Su hermana, abrumada de gratitud, compartió que sus padres estaban ausentes de sus vidas, y que Fostina había dejado recientemente de asistir a la escuela, cayendo en un preocupante camino de autodestrucción. El equipo de GO les puso en contacto con una de las iglesias colaboradoras que ese día estaban de campaña con ellos. Fostina expresó su deseo de unirse al programa juvenil y dar un giro a su vida.

Más tarde, cuando el grupo volvía a la calle, Tony miró a Fostina absorta en las páginas de la revista bíblica que le había dejado y le hizo esta foto.

Jesús siempre ha sido, y siempre será, quien marque la diferencia para todo aquel que crea.